2024-09-23 05:18:55

Lanzamiento moi: Deja de tragar

Les vamos a enseñar cómo ser conscientes de lo que comen, por qué se comen sus emociones y cómo mejorar su relación con la comida.

junio 12, 2017

Adriana Esteva
Especialista en Nutrición Emocional
Consulta a nuestra especialista

Armando Barriguete
Doctor en Psicoterapia Psicoanalítica, por la Asociación Psicoanalítica Mexicana
Consultor de trastornos de la Conducta Alimentaria y Obesidad del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición. Director Fundador de Clínica Ángeles de Trastornos de la Conducta Alimentaria. Miembro Honorario. Asociación Francesa de Psiquiatría. Autor del libro “Para Entender La alimentación” de Nostra Ediciones.
TW: @Barriguete1

Dr. Hernán Fraga
Director de la Clínica Metaboliko
Especialista en cirugía laparoscópica bariátrica y metabólica
Consulta a nuestro especialista

Fernanda Gutiérrez Kobeh
Jefe editorial revista moi
TW: @ferkobeh

moijunio

De qué va moi
Para que entiendas la relación que tienes con la comida y hagas todo lo posible por mejorarla, nuestros especialistas te enseñan a ser consciente de cómo comes, por qué comes lo que comes y cuánto de lo que comes es culpa de tus emociones, no de tu hambre.

¿POOOR?
• Papas: deliciosas y útiles para lo que no te imaginas, desde limpiar cubiertos ¡hasta dar a luz!
• Odiar los lunes: hay razones científicamente comprobadas para aluciar ese día de la semana.

GLAM DRINK$
• Con el mejor mixólogo de México, preparamos cuatro cócteles exclusivos a ala moi… y carítsimos.

EL AVIÓN MÁS GRANDE DEL MUNDO
• Lujos, amenities, curiosidades y las locuras más grandes del avión este avión.

ANA DE LA REGUERA
• Nos cuenta que estrena peli, y de qué se muere de ganas por hacer y lo que de plano no soporta.

SUBE GODÍNEZ, SUBE
• Siete señales para saber si el equipo con el que trabajas va por buen camino o mejor te regresas.

LOVE & CO
• Mario Guerra, el Rockstar del amor, nos dice cuatro patrones que desgastan cualquier relación y acaban por tronarla.
• Cuáles son
• Por qué son malos

NO TE COMAS TUS EMOCIONES POR ADRIANA ESTEVA
• Desde que nacemos y hasta que aprendemos a verbalizar nuestras necesidades, somos dependientes de nuestros papás para comer.
• No importa si tenemos hambre o no, de ellos depende cuándo y cuánto comemos, qué tanto esperamos la mamila.
• Esa labor clave de los papás nos quita una elección básica, dejamos de hacerle caso a nuestras necesidades y perdemos la confianza de decidir qué comer; por eso, hasta que somos adultos podemos entregar sin bronca, el poder de nuestra alimentación a alguien o algo externo.

¿Han escuchado hablar del ayuno intermitente? Les decimos por qué podría ser una buena opción para su salud

¿Cuándo empieza nuestra relación con la comida?
• Para empezar dejemos claro que es mucho más profunda de lo que creemos; desde que estamos en el vientre materno recibimos nutrientes, información genética, sangre, oxígeno, alimento, ¡todo lo que necesitamos para formarnos como personitas!
• Pero además, recibimos información emocional: cómo se siente mamá en relación a ser madre, qué momentos atraviesa, cómo es su relación con nuestro padre, con su cuerpo.
• Al nacer, conectamos con el mundo a través de sensaciones y, principalmente, a partir de nuestra necesidad de ser alimentados porque, de una u otra forma, nuestra sabiduría interna sabe que si no comemos, morimos. Desde la primera vez que nos amamantan, conocemos:

NUTRICIÓN PRIMARIA
• Leche
• Alimento

NUTRICIÓN SECUNDARIA
• Contención
• Abrazos
• Miradas
• Calor
• Amor
• Seguridad

• Si la secundaria disminuye en calidad o cantidad, aprendemos desde bebés a compensar con la primaria.
• ¿Cuántas veces no le damos de comer a un bebé cuando llora, esperando que eso lo calme?
• Y así, conforme crecemos; igual no es comida pero es bebida, alcohol, diversión, trabajo o dinero, y no son ni buenas ni malas, eh.
• El problema es que las busquemos compulsivamente porque tenemos la necesidad de encontrar afuera lo que no está ocurriendo adentro.
• O al contario, puede ser que la secundaria siempre haya estado acompañada de comida y nunca aprendemos a separar esa simbiosis, por eso crecemos creyendo que el amor es comida, y al revés.

La relación emocional con la comida
• La comida altera nuestra química interna igual que las emociones, finalmente las dos son energía en movimiento y muchas veces buscamos los sabores de las emociones en la comida: creemos que nos traerá contención, compañía y seguridad.
• El problema es que cuando hemos tenido experiencias dolorosas con la nutrición primaria, tenemos miedo de volver a desilusionarnos y elegimos el sustituto como una fuente más confiable: la comida (o la bebida, el juego, el dinero) de algún modo nos pone en aparente control.
• Esto quiere decir que nuestra relación depende de una de estas dos cosas:
• CARENCIA: cuando los padres no saben conectar con sus hijos más que dándoles de comer, cuando tratan de compensar su falta de tiempo con algo externo, o cuando no saben acompañarlos en sus procesos emocionales, intelectuales y conductuales.
• AMOR: cuando vierten en la comida una carga excesiva de comunión y conexión.

¿Y AHORA?
Para descubrir qué hay detrás de tu conexión con la comida (amor o carencia), hazte estas tres preguntas:
• ¿A que le estás quitando atención para ponérsela a la comida?
• ¿En qué otros aspectos de tu vida actúas igual que actúas con la comida?
• ¿Qué papel juega la comida hoy en tu vida?

Practica estos mini rituales:
• Come solo cuando tengas hambre estomacal; normalmente ocurre cada 3 o 4 horas.
• Antes de que te metas algo a la boca, pregúntate si te va a dar bienestar.
• Si te agarra la ansiedad, escribe lo que sientes.
• No comas hasta que te reviente el estómago.
• Completa tus ciclos de comida, no le generes deuda a tu próxima comida, ni pagues deudas de tu anterior.
• Pon tus creencias y lo que te dices de la comida sobre la báscula.
• Escribe un relato de tu relación con la comida desde que te acuerdes para darte cuenta si sigues repitiendo patrones inútiles como acabarte todo lo que hay en el plato aunque estés a reventar.
• ¡Disfruta lo que comes!

Les decimos cuáles son los platillos típicos y más raros del mundo. Escuchen

¿POR QUÉ NO FUNCIONAN LAS DIETAS? POR HERNÁN FRAGA
• Todo el tiempo nos bombardean con la prevención de la obesidad, sus riegos, formas de evitarla a largo plazo, pero 70% de los mexicanos ya padecen obesidad sin tener condición médica alguna que impida la pérdida de peso.
• O sea, SÍ ES SU CULPA. Entonces, ¿qué hacemos para resolver ese problema?

Los errores al bajar de peso
• Soluciones mágicas
No importa si son pastillas, détox o inyecciones, el caso es que quitan el apetito, impiden la absorción de grasa, pierdes músculo, grasa y agua. Por eso rebotas, porque dejas de someterte al “tratamiento” y recuperas tu peso en grasa.

• Ayuno prolongado
El cerebro necesita energía y la obtiene del músculo y cuando HORAS después comes alguito, tu cuerpo está en estado de inanición y todo lo que come lo almacena como grasa.

• Productos light
Light no siempre significa sin calorías, más bien menos calorías que el producto original. Y como crees que al ser light es como si no comieras, comes más, entonces ni una ni otra

• Hacer puro cardio
Lo único importante al empezar a hacer ejercicio es saber tu composición corporal: si no tienes músculo y haces cardio, vas a comer poquititas calorías; mejor haz pesas para subir tu músculo y aumentar tu metabolismo.

Tu cuerpo con peso extra
Existen dos factores que determinan el peso del paciente:
• Genético: si un padre es obeso, sus hijos tendrán 40% de riesgo de padecer esta enfermedad.
• Ambiental: falta de actividad física y hábitos alimenticios. Este factor es el más importante porque es modificable: aunque traigas lo gordo en los genes, si tienes buenos hábitos alimenticios y actividad física te salvas.

El peso no importa
¡Te lo juro! Ya ni el Índice de Masa Corporal (IMC), que es el parámetro que usa la OMS para clasificar es bastante obsoleto. El parámetro correcto es el porcentaje de grasa corporal, checa estos ejemplos:
• Un peleador de UFC, hace muchísimo ejercicio y está tronadísimo. Usando el IMC (la relación de peso y estatura) sería obeso aunque su porcentaje de músculo sea alto y el de grasa bajo.
• Una mujer que vive a dieta y tiene un peso y IMC “normal”. Cada vez que pierde 10kg, 7 son de grasa y 3 de músculo, pero cuando interrumpe la dieta recupera de grasa; los kilos de musculo que perdió jamás los recupera, o sea: aunque pesa lo mismo, tiene más grasa que antes.

Ahora checa esto:
• Dos mujeres de la misma edad, estatura y peso: 60 kg.
• Una sedentaria y que come fatal tiene 30% de grasa.
• La otra que hace pesas y come sano tiene solo 13%.

¡NO BAJO DE PESO!
¿Por qué es tan complicado perder 5, 15 y ni se diga 30 kg de grasa? Hay dos tipos de factores:

Psicológicos
• La obsesión con el peso.
• Si este es tu caso, cada vez que estés a punto del atracón (checa la página XX) repítete que la comida es para sobrevivir, no para premiar.

Físicos
• Las hormonas influyen en el metabolismo, el apetito y la relación de músculo/grasa.
• La leptina, que regula el apetito, por ejemplo, aumenta cuando aumenta la grasa, por eso le avisa al hipotálamo que le baje a las calorías.
• El péptido YY inhibe el apetito y la Grelina lo estimula, por eso son tan importantes en los pacientes que tienen bypass gástrico, su función es quitar el hambre y dar saciedad temprana.
• La insulina se encarga del control de la glucosa y para quemar grasa debe haber niveles bajos de insulina en sangre.

Aparato digestivo
• Es el segundo cerebro, secreta hormonas que afectan la saciedad, así como nuestro estado de ánimo (serotonina y dopamina).
• La parte más importante es la flora intestinal, sus bacterias se encargan de sintetizar vitaminas, absorber minerales y proteger contra enfermedades.
• Intestino permeable: el estrés y la comida provocan que entren a la sangre elementos que desencadenen una reacción inmune ocasionando obesidad, problemas dermatológicos y se cree que incluso diabetes tipo I, artritis y colon irritable.

¿Por qué se dice que nuestro segundo cerebro es el intestino? Aquí les damos las razones

¿Y AHORA?
• Si tu problema es que por máaaas dietas que hagas nomás no se mueve la aguja de la báscula, necesitas un tratamiento multidisciplinario.

Y si no puedes solo, no pasa nada, puedes apoyar tu proceso de dieta con:
• Un psicólogo que cambie tus pensamientos nocivos y desprograme los sentimientos malos que abundan en tu relación con la comida.
• Un nutriólogo que te enseñe a comer y te explique qué función tiene cada grupo de alimentos, por sí solo y en combinación con otros.
• Un endocrinólogo que controle la amenaza –o existencia– de diabetes, enfermedad tiroidea y síndrome de Cushing.
• Un entrenador físico para cambiar la composición corporal y que te cree un gusto por el ejercicio.
• En casos extremos, un cirujano para realizar procedimientos para pérdida de peso y control de diabetes, como bypass gástrico.

EL ATRACÓN ES REAL POR ARMANDO BARRIGUETE
¿QUÉ ES?
• Es un trastorno psiquiátrico grave de la conducta alimentaria que se caracteriza por comer una gran cantidad de alimento en poco tiempo.
• No se trata de comer una rebanada más de pizza o un heladito de más, es un problema serio que refleja una lucha interna muy fuerte en la que siempre gana la compulsión.
• Como genera mucha culpa, es frecuente que quienes lo padecen traten de esconderlo y se den atracones en secreto; pero a diferencia de otros trastornos alimenticios, aquí no hay conductas compensatorias (vómito, uso de laxantes, diuréticos o ejercicio compulsivo).
• Aunque es muy común confundirlo con Anorexia Nerviosa o Bulimia Nerviosa, el TPA es mucho más común en México: de 2006 a 2012, los hombres que aceptaron atascarse de comida sin control subió de 8.8 a 11.9%, y mujeres, de 9.4 a 11.6%.

¿POR QUÉ YOOO?
• Tiene que ver con una vulnerabilidad; en la mayoría de los casos se dispara cuando empezamos con una dieta restrictiva.
• Pero está también muy relacionado con compensar un sentido de pérdida. Y encima de todo, los estresores ambientales y las conductas restrictivas hacen que la enfermedad se desarrolle más fácil.

SEÑALES DE ALERTA
• Al menos dos veces a la semana como, en un periodo de dos horas, muchísima comida.
• Si no como algo, siento que no tengo control.
• Como más rápido de lo normal.
• Como hasta sentir que reviento.
• Aunque no tenga hambre como algo.
• Prefiero comer solo porque siempre critican la cantidad de comida que pido.
• Me siento fatal emocionalmente después de atascarme.
• Tengo mucho estrés.

¿Y AHORA?
Si palomeaste más de tres, ¡pide ayuda! Lo primero es olvidarte de la vergüenza y permitirte sentir. Una vez que aceptes que necesitas ayuda, busca una terapia que tenga estas características:
• Que sea una clínica especializada con experiencia en el manejo de trastornos de conductas alimentarias. Si es posible, que el especialista sea parte de las Academias de TCA.
• Que ofrezca un tratamiento integral que abarque los aspectos emocionales y físicos.
• Pero también multidisciplinario que trabaje con el paciente y su familia en compañía de varios especialistas: psiquiatra, psicoterapeuta, nutriólogo, endocrinólogo.

¿Y si alguien cercano lo tiene?
Lo primero es no juzgar, saber que la persona sufre y tiene una lucha interna muy fuerte. Lo segundo es buscar ayuda.

junio 12, 2017