Hay personajes que amamos, a otros los odiamos y luego esta Carrie Bradshaw, un personaje que es… Complicado, pero la pregunta aquí es: ¿Carrie Bradshaw es la más tóxica?
Aquí les vamos a contar qué onda con esta narrativa en la que Carrie Bradshaw es la más tóxica y es que es un tema muy complicado, y es que al final, es un personaje humano que nos hace sentir cosas, tal y como nuestros amigos.
Además es una guía emocional para no terminar llorando en tutú por las calles de Nueva York como Carrie Bradshaw (aunque la verdad, la verdad, tampoco suena tan mal el plan).
¿Carrie Bradshaw es la más tóxica?
Todas hemos sido Carrie alguna vez. Si alguna lo niega, está mintiendo. No lo decimos solo por los outfits, nos referimos al drama. A esa combinación fatal entre intensidad emocional, reflexiones dos, dos profundas y la habilidad de sabotear relaciones sanas porque se nos ocurrió confundir lo sano con lo aburrido.
Carrie Bradshaw fue ícono de estilo, musa de los monólogos internos, y pionera en eso de fingir que somos “libres” mientras revisamos el whats una y otra vez para ver si el susodicho en turno escribió. Pero… ¿también fue la más tóxica? Spoiler: Puede ser que sí.
5 lecciones de Carrie Bradshaw para no ser la más tóxica
“I couldn’t help but wonder…” si ella no era el problema
Hay una escena que no olvidamos. Carrie está con Big, después de años de idas, vueltas, lágrimas, cigarros y declaraciones de novela. Y de pronto… boom, él se casa con Natasha. ¿Y Carrie? Con cara de payaso abandonado viendo cómo el hombre que “no estaba listo” para el compromiso, de repente sí lo está… pero con otra.
Y ahí, amigos, no solo duele la ruptura. Duele la confirmación. Porque Big no solo se va. Big elige. Y no elige a la intensa, a la que lo hace pensar, cuestionarse, crecer. Elige a la suave, la fácil, la que no se le mete bajo la piel. Lo más cruel de todo es que muchas veces no nos duele que se vayan. Nos duele que no se hayan quedado con nosotras cuando sabíamos que podían hacerlo. Auuuch.
Carrie como espejo emocional: ¿ama mucho o asfixia?
Vamos a decirlo clarito (pero obvio con cariño): Carrie, hermana, tu forma de amar a veces era invasión al espacio vital de las personas. Ejemplo: esa vez que va a la casa de Natasha sin avisar, rompe una copa, se mete a chismear… todo en nombre del “cierre emocional”. Y ojo, no la juzgamos por sentir, ¿Quién no ha googleado al ex, al ex de la ex y al primo segundo del ex?, pero lo de Carrie ya cruzaba la línea entre intensidad romántica y crimen
El tema es que ella no solo quería ser elegida. Quería que Big se volviera otra persona para poder amarla con calma. Y sin sorpresa para nadie… eso no pasa.
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¿Por qué no la eligió a ella? La pregunta que duele y también libera
“No eligió a la que más amaba. Eligió a la que no lo desarmaba.” Y sí, puede que con Carrie hubiera amor. Pero también miedo. Ella era espejo, desafío, memoria. Con ella, Big tenía que enfrentarse a sí mismo. Con Natasha, en cambio, todo era limpio, sin historia, sin heridas que cicatrizar.
Y eso pasa más seguido de lo que quisiéramos. A veces no nos eligen por todo lo que somos, sino por todo lo que no activamos en ellos. Nos evitan porque incomodamos. Porque confrontamos. Porque no somos “fáciles de amar” y no porque seamos difíciles, sino porque no nos disfrazamos de silencio. Ufff.
¿Tóxica o simplemente humana?
La pregunta de este artículo no es trampa: ¿Carrie fue la más tóxica? Sí y no. Fue la más caótica, seguro. La más reactiva, probablemente. ¿La más intensa? Definitivamente.
Pero también fue profundamente humana. Se equivocó con Aidan, ese santo que solo quería lijar pisos y casarse. Se fue a París con un artista ególatra que la trataba como accesorio y se aferró a Big como quien se aferra a un fantasma: con más deseo que lógica. La amamos porque nos representa. Pero si la tomamos como ejemplo… que mejor sea ejemplo de lo que estamos aprendiendo a no repetir.
¿Qué aprendemos de Carrie, entonces?
Que no siempre te eligen por cuánto amas. Que a veces ser “la intensa” es una virtud, aunque duela. Y que si alguien necesita paz y tú eres fuego, no es tu culpa. No todos están hechos para arder. Pero eso no significa que debamos volvernos pequeñas, suaves o convenientes. Solo que debemos dejar de correr atrás de una persona que no quiere lo que somos.
¿Veredicto?
Así que no, no creemos que Carrie sea la más tóxica (al menos no siempre). Lo que sí es que representa a la perfección lo que pasa cuando confundimos pasión con amor, apego con destino, y drama con profundidad.
Si alguna vez nos vemos caminando por la ciudad (la que sea pero puntos extras si es Nueva York) con un tutú y con el corazón en la mano, que sea por elección… y no porque alguien más no supo sostenernos.