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no te alcanza el dinero

¿No te alcanza el dinero? Tal vez, tu mamá es la culpable

La culpa es de mamá, eso sonara a una excusa barata, pero la verdad es que si hay una relación entre tus problemas financieros y los traumas relacionados a nuestras madres.

julio 10, 2025

El dinero no tiene que ser una pesadilla, nosotros somos capaces de crearlo, pero puede que no lo pensemos por culpa de nuestras familias.

Sí, lo sabemos. Esto suena a excusa barata para justificar ese depósito impulsivo en Shein o las tres apps de meditación premium que contratamos porque “ahora sí vamos a cambiar”. Pero no estamos hablando de nuestro presupuesto (o su ausencia). Estamos hablando de la herida con mamá.

Porque, por más absurdo que suene, muchas veces lo que vivimos con el dinero no tiene nada que ver con el dinero… y todo que ver con lo que no vivimos con ella. Prepárense para incomodarse un poquito. O mucho. Pero también para entender por qué su cuenta de banco parece una montaña rusa emocional.

¿No te alcanza el dinero? Tal vez, tu mamá es la culpable

Ya saben que nuestro propósito es que tengan las herramientas (cualesquiera que sean) para tener más dinero, más orden en su vida y reparentalizarse, por eso es importante que ponga atención a esto que les decimos sobre la falta de dinero y la relación con su mamá y es que es psicólogia y para muestra un botón:

“Mamá, no estuviste cuando te necesité”

Si el dinero se les escapa de las manos constantemente, esa pérdida podría estar reflejando la ausencia emocional de su madre.

¿Les pasa que apenas llega la quincena, el dinero se va casi que el mismo día? ¿Sienten que la vida les arrebata oportunidades, dinero, tranquilidad? No es solo mala administración: puede ser la forma en la que el inconsciente recrea esa sensación de vacío.

Cuando mamá no estuvo (física, emocional o energéticamente), aprendimos que no podíamos retener lo que necesitábamos. Y ahora, en la adultez, el dinero se convierte en esa energía que tampoco podemos sostener.

⁠“Mamá, sigo esperando algo de ti”

Si viven endeudados, tal vez en el fondo siguen esperando amor, validación o seguridad de parte de ella. Las deudas no siempre son financieras. A veces son emocionales, y se traducen en tarjetas al tope o préstamos que no saben cómo van a pagar.

Pero detrás de eso, hay una espera silenciosa. ¿Les suena? Están pagando con intereses algo que jamás les va a llegar en efectivo: el amor que no recibieron. Vivir endeudado es, muchas veces, vivir en la espera eterna de mamá.

“Mamá, me has decepcionado”

Si ya los estafaron más de una vez, pregúntense: ¿mamá nos falló cuando más la necesitábamos? Las estafas duelen, pero más duele cuando son un eco emocional de una traición previa. Si confiabas en ella y no estuvo.

Si prometió y no cumplió. Si te hizo sentir solo cuando más vulnerable estabas, esa traición se repite, solo que ahora en forma de socios fantasmas, inversiones fallidas o promesas de dinero que nunca llegan. Y no, no es el dinero el que te duele, es la confianza rota.

Lectura interesante:¿Qué es el Recession Pop y qué tiene que ver con tu dinero? 

⁠“Mamá, fuiste injusta conmigo”

Si le apuestan siempre a lo equivocado o si cada negocio que hacen se cae, tal vez están intentando demostrarle algo a mamá.

¿Sienten que el dinero que invierten se esfuma? ¿Como si el universo estuviera en su contra? Puede que no sea el universo, sino su necesidad de demostrarle a mamá que valen, que sí podían. Un “mírameee”. Pero desde esa herida, todo lo que elijan estará contaminado por la necesidad de validación, no por la claridad. Y el dinero no fluye cuando estás en modo “mírame, mírame”.

⁠“Mamá, quiéreme”

Si no pueden controlar sus gastos, si se dan gustitos para sentirse mejor pero terminan sintiéndose peor… tal vez están intentando llenar un vacío con compras. Y ese vacío no es económico, es emocional.

Cuando la herida con mamá queda abierta, buscamos amor en los lugares más fáciles: carritos de compras, envíos exprés, cenas que no podíamos pagar. Porque por un momento, esos 5 minutos de dopamina te hacen sentir valioso, acompañado, una sensación de que el mundo funciona. Hasta que llega el estado de cuenta… y pues no.

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No es solo dinero. Es una herida.

Mamá no tiene que haber sido “la peor madre del mundo”. A veces fue ausente, fría, sobreprotectora, exigente o simplemente no supo cómo darnos lo que necesitábamos. (humana, al fin y al cabo). Pero la herida sigue ahí, y hasta que no la sanemos, nuestra relación con el dinero va a seguir siendo un espejo incómodo.

Tal vez estén pensando “ya voy a terapia, gracias”. Pero honestamente: ¿Cuántas veces más van a culpar al SAT, al capitalismo o al Mercurio retrógrado… antes de mirar hacia adentro?

Ahora… qué hacer:

Nombrarlo es el primer paso. No para culpar eternamente a nuestras madres, ellas hicieron lo que pudieron con lo que tenían, sino para empezar a hacernos cargo de nuestras heridas. Para dejar de esperar que el dinero nos dé lo que no hubo en nuestra infancia y sobre todo, para que la cuenta bancaria deje de ser un campo de batalla (y del lado que va perdiendo pa’ colmo). 

Al final del día, no es solo cuánto ganas, sino cuánto crees que mereces.

Con información de Cristobal Amo Martín, Experto en Bienestar, Salud, Energía y Mente con más de 10 Años de Experiencia. IG como @cristobal.amo.martin

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