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¿Por buscar lo mejor dejas ir lo bueno?

Para todos aquellos que dejan pasar buenas oportunidades por pensar que más adelante vendrá algo mejor o les da terror soltar algo.

noviembre 9, 2021

Mario Guerra
Tanatólogo, conferencista, business coach, psicoterapeuta.
TW: @marioguerra
encuentrohumano.com

Elegir no es sencillo y menos cuando se trata de cosas que pueden cambiarte la vida, como elegir una carrera o una pareja. No es que si tu elección no era como esperabas no puedas cambiarla, sino los costos emocionales que esto representa, el tiempo invertido y, en algunos casos, incluso hasta la incapacidad de elegir por tener demasiadas opciones y el temor a equivocarte. ¿Pero qué pasa cuando, no importa lo que decidas, jamás puedes quedar satisfecho?

¿De qué estamos hablando aquí?
De personas que dejan pasar buenas oportunidades por pensar que más adelante vendrá siempre algo mejor.
Personas que toman decisiones, pero al final no se sienten felices con el resultado o incluso se sienten decepcionados de ellas.
No pueden tomar decisiones por el temor a que la que tomen no sea la mejor (lo que crea en ellos una especie de parálisis).

¿Por qué pasa esto?
El Dr. Barry Schwartz, profesor de psicología y autor de varios libros entre los que se encuentra The Paradox of Choice, nos dice que tradicionalmente hemos pensado que mientras más opciones tengamos, mejores serán las decisiones que tomemos y más felices seremos con el resultado de nuestras decisiones, pero que en realidad pasa exactamente lo opuesto.
La mayor variedad de opciones hace que nuestras decisiones sean más difíciles de tomar y que la satisfacción obtenida de ellas sea poco más que decepcionante.

¿Dónde es muy común ver esto en acción?
En general en cualquier circunstancia en que haya que elegir al menos entre dos alternativas, pero no es poco común que esto pase en la elección de pareja o en cualquier otra decisión que implique repercusiones de largo plazo.
Muchas personas que quieren tener una relación de pareja se quedan solas por estar buscando lo mejor entre una variedad de posibilidades o personas que van conociendo.

¿Cómo funciona esto en nuestra cabeza?
Imagina que conoces a alguien.  Sales con esa persona y te la pasas bien, pero al mismo tiempo sabes que:
Conoces a otras personas que también te gustan y te gustaría probar con ellas.
No hay nadie, pero crees que lo habrá y que será mejor que esto que tienes.
Si fantaseas con lo mejor que está por venir, es mucho más probable que le encuentres defectos a la persona con la que ahora sales y le inventes virtudes a la persona que te gustaría conocer o tratar.
La cuestión es que, cuando dejas ir a la persona actual y conoces a otra, por un tiempo te parece buena, pero luego empiezas a fantasear con otra que conoces y empieza el ciclo otra vez.
Ya a todo esto le agregas un razonamiento que dice: “Entre lo bueno y lo mejor, pues elige lo mejor” ¿no es así?.  Lo malo es que, si este es tu caso, lo mejor siempre estará más adelante, no importa cuánto avances.

¿Pero qué tiene de malo buscar algo mejor?
En realidad nada; la cuestión es que eso “mejor” que crees que está en otra parte, es generalmente una fantasía de tu mente y no una realidad objetiva.
Parte de lo que nos complica elegir es como relacionamos en nuestra mente las alternativas.
Antes de decidir, todas las opciones nos parecen buenas, pero cuando hemos tomado una decisión, muchas veces pensamos que hay UNA decisión correcta y que las demás son malas o incorrectas.
Entonces si no te sientes totalmente satisfecho con la decisión que tomaste, pensarás que es una de las “malas” y te convencerás de creer que otra, la que sea que no elegiste, esa era la “buena”.
Esto en realidad es una distorsión cognitiva.
La realidad es que, generalmente, todas las alternativas tienen algo de bueno, nos dice la Dra. Ruth Chang, profesora de Filosofía de la U. Rutgers en N.J.
Pero cuando la decisión es muy complicada, tendemos a tomar la decisión menos ambiciosa o arriesgada, pero eso nos dejará pensando que fuimos a la segura, que nos quedamos en la zona de confort y que, por lo tanto, aunque nos haga felices, esa decisión fue la opción mediocre y por lo tanto no nos parece satisfactoria.
Las decisiones más complicadas tienden a ser las crees que involucran el resto de tu vida.

noviembre 9, 2021