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Migrantes a la deriva

La situación de los migrantes se agrava en todo el mundo. Las condiciones de vida en muchas regiones obligan a millones de personas a buscar oportunidades y refugio lejos de su hogar ya sea por persecución, desastres naturales, violencia o condiciones económicas.

mayo 21, 2015

Jacobo-Dayan  Por Jacobo Dayán
  Tw. @dayan_jacobo

Los trayectos que emprenden son cada vez más peligrosos, en México solían cruzar el territorio sobre los vagones del ferrocarril conocido como “La bestia” y en fechas recientes, ante la decisión gubernamental de prohibirles usar ese medio de transporte, han orillado a miles y miles de migrantes a utilizar rutas más peligrosas y poco visibles que los deja en condiciones de mayor vulnerabilidad ante abusos de la autoridad y la violencia del crimen organizado.

El tema de los migrantes ha alcanzado notoriedad internacional en los últimos meses debido a las alarmantes historias e imágenes de miles de personas en precarias embarcaciones tratando de cruzar el Mediterráneo para llegar a Europa, donde la mayoría de las veces son rechazados, y, en los últimos días, el fenómeno se repite con barcos abarrotados de inmigrantes provenientes de Myanmar que van siendo rechazados por un país y otro en un ping-pong perverso.

Durante la última semana hemos escuchado la historia de un barco repleto de personas procedentes de Myanmar y algunos de Bangldesh. La gran mayoría proviene de Myanmar, se trata de musulmanes que huyen de su país, de mayoría budista, debido a que se les niega la ciudadanía, el derecho a tener tierras y a tener hijos libremente.

La reacción de los posibles países receptores, Indonesia, Malasia y Tailandia, ha sido rechazarlos y regresarlos al mar donde ya se encuentran más barcos con miles de refugiados, hambrientos y enfermos por la travesía, yendo y viniendo mientras la comunidad internacional observa, discute y no actúa. Tailandia decidió arrojarles desde helicópteros agua, alimentos y medicinas al mar. Después de más de una semana, Malasia e Indonesia aceptaron ofrecer asilo temporal a miles de refugiados.

Según Naciones Unidas, “los trayectos por tierra, mar o aire se han convertido en un fenómeno global y sólo en el sureste asiático más de 88 mil personas se han aventurado en embarcaciones del 2014 a la fecha”.

Los argumentos para no recibir a estas personas son los mismos que se han utilizado por décadas: no hay capacidad de recibirlos, dónde se les coloca, pueden quitarle trabajo a los locales, no hay condiciones económicas para absorberlos, etc.

Basta recordar un caso emblemático previo a la Segunda Guerra Mundial. En mayo de 1939, el barco alemán San Luis zarpó de Hamburgo hacia Cuba y Estados Unidos con 937 pasajeros, casi todos judíos alemanes que huían del Tercer Reich. La ola antisemita había obligado a buscar refugio. Así como ahora, el trayecto del San Luis atrajo la mirada de los medios. En Cuba solo pudieron desembarcar 28 personas y el San Luis regresó a Europa donde algunos pudieron quedarse en Gran Bretaña, Holanda, Bélgica y Francia. Al iniciar la guerra, 532 quedaron atrapados bajo el dominio nazi, 254 de ellos murieron.

Las cifras mundiales de la Organización Internacional para los Migrantes son espeluznantes: 214 millones de migrantes (3.1% de la población mundial, si fueran un país sería el quinto más poblado del mundo), 15.4 millones de refugiados y 27.5 millones de desplazados dentro de sus países.

mayo 21, 2015