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Pena de muerte

“La pena de muerte es un síntoma de una cultura de violencia, no su solución”.

octubre 8, 2015

jacobo (1)  Por Jacobo Dayán
 Tw. @dayan_jacobo  

En pleno siglo XXI seguimos practicando métodos de la Edad media. Varios países continúan utilizando la venganza en lugar de buscar justicia. Los métodos de la pena de muerte son sádicos y variados: decapitación, electrocución, ahorcamiento, inyección letal o fusilamiento.

Los motivos por los cuales los Estados siguen aplicando la pena de muerte son diversos y van desde prácticas sexuales prohibidas hasta terrorismo o asesinato. La práctica alcanza niveles de locura cuando se aplica a menores de edad o personas con enfermedades mentales y en muchos casos se realiza después de varios años de prisión.

Se trata de una pena cruel, inhumana y degradante, contrario a todo avance civilizatorio, sin importar del delito que se haya cometido. A mediados de los 70 solo 9 países tenían abolida la pena de muerte, hoy dos tercios de los países del planeta, cerca de 140, dejaron de tenerla contemplada en la ley o en la práctica.

Todavía hay sectores de la sociedad que siguen argumentando en favor de la pena de muerte, aunque parezca ridículo incluso el Partido verde. Esta práctica niega derechos humanos, es irreversible, se cometen errores (tan solo en EUA 150 condenados a muerte han sido absueltos, algunos de ellos después de haber sido ejecutados), contra lo que se piensa no disuade contra el crimen, la mayoría de los países que la emplean tienen sistemas judiciales inoperantes, suele aplicarse de manera discriminatoria (pobres o grupos minoritarios) y en muchas ocasiones se utiliza como herramienta política para castigar a opositores. Otra práctica preocupante es que varios países han agregado el tráfico de drogas como motivo de pena de muerte.

En los últimos años se ha visto un incremento en el uso de esta pena para “combatir” la delincuencia, la inestabilidad política y el terrorismo. Amnistía Internacional registra para 2014 al menos 607 ejecuciones en 22 países y sentencias para cerca de 2,500 personas. Esta cifra no incluye los cientos o miles de ejecutados en China ya que no hay datos al respecto.

Según Amnistía Internacional  “Los tres países que más usan la pena capital (China, Irán e Irak) la aplican en circunstancias turbias y poco claras”.

En cifras del World coalition against the death penalty los países con más ejecuciones durante 2014 fueron: Arabia Saudita 90, Palestina 27, China 3000 (aproximado), Estados Unidos 35, Irán 721, Irak 61, Sudán 23 y Yemen 22. Hay casos preocupantes donde las cifras han crecido de manera considerable: Egipto, Nigeria y Pakistán.

Pese a estos casos, la tendencia mundial sigue siendo a favor de la abolición. En Europa y Asia central solo Bielorrusia continúa con esta práctica, en el África subsahariana las cifras han ido disminuyendo al igual que en Medio Oriente, Asia (menos China), Oceanía y el Norte de África. En América, Estados Unidos es el único país que mantiene en operación la pena de muerte (en 18 Estados está abolida).

En resumen: 100 países tienen abolida la pena de muerte, 6 la tienen abolida para crímenes ordinarios, 34 son abolicionistas en la práctica, 58 aplican la pena de muerte y 22 lo hicieron durante 2014.

Cierro con una frase de Amnistía Internacional: “La pena de muerte es un síntoma de una cultura de violencia, no su solución”.

 

octubre 8, 2015